Que debemos usar fitosanitarios registrados debería ser indiscutible y la práctica habitual de todos sus usuarios. No obstante, hay una tendencia reciente en la sociedad a identificar cualquier regulación como innecesaria o incluso nociva para sus intereses, fundamentalmente económicos.
¿Por qué hay que hablar de esto hoy en día?
El registro fitosanitario es la garantía de que el uso del producto, de acuerdo con sus instrucciones, será inocuo para el consumidor, además de cumplir con otros requerimientos. Este consumidor por sí mismo no tiene medios para determinar si puede consumir un determinado fruto u hortaliza con seguridad, por eso es necesario, para proteger la salud pública, que las Administraciones intervengan con mecanismos regulatorios que estudien exhaustivamente los productos que se pretenden comercializar como fitosanitarios y aprueben exclusivamente los que demuestran, entre otras cosas, su inocuidad.
Un producto fitosanitario registrado suele pasar más de 140 controles y pruebas de seguridad, para testar su eficacia y realizar un análisis controlado de sus riesgos. Por el contrario, los fitosanitarios no registrados, ilegales, han evitado estas supervisiones o, lo que es peor, no las han superado de forma satisfactoria.
Un usuario de productos no registrados no sólo atenta contra la salud pública, sino que también constituye una seria amenaza a la marca, entendiendo por tal además de la que este usuario utilice, la del tipo de fruto y la zona donde se produce. Se atenta la salud pública, la economía del sector y de la zona. Por uno que quiera aprovecharse de posibles ventajas de precio, miles sufrirán las consecuencias. Es claramente un comportamiento antisocial.
¿Qué garantías ofrece un registro fitosanitario?
Antes de autorizar un ingrediente activo, se realiza una evaluación del riesgo para el consumidor para garantizar que la posible exposición crónica y aguda de los consumidores a los residuos permanezca por debajo de la IDA (Ingesta Diaria Admisible o cantidad diaria máxima de sustancia que puede ser consumida durante toda la vida sin perjudicar al consumidor) y de la DARf (Dosis Aguda de Referencia o la cantidad máxima de sustancia que se puede ingerir en un solo día sin perjudicar al consumidor). Ambas se obtienen mediante ensayos con animales donde se determina la NOEL (Nivel sin Efecto Adverso Observado). La NOEL se divide por un factor de incertidumbre de 100 para compensar diferencias entre ensayos en animales y el efecto en seres humanos.
Estos ingredientes activos deben formularse para facilitar su aplicación. No todos los agentes de formulación (coformulantes) son admisibles. El Reglamento de la UE 2021/283 detalla la lista de coformulantes inaceptables en la composición de productos fitosanitarios, lista formada por 144 compuestos que se sabe son nocivos para la salud pública.
Los controles y pruebas por los que ha pasado un producto registrado se agrupan en:
• Propiedades físicas y químicas, que garantizan la composición consistente y calidad del producto.
• Métodos analíticos, que se validan para determinar pureza y posibles residuos.
• Estudios de toxicidad y metabolismo, donde se investiga lo que ocurre una vez el producto ha entrado en el organismo, su movimiento, absorción y excreción.
• Residuos en alimentos, para asegurar que los Límites Máximos de Residuos están muy por debajo de cualquier nivel de preocupación para la salud.
• Estudios medioambientales y ecotoxicológicos, que determinan lo que pasa con el producto al llegar al suelo, agua, aire o su efecto en animales, especies acuáticas u otros organismos.
• Eficacia, que determinan el nivel de control que el producto tiene respecto a la plaga o enfermedad que se quiere combatir.
Un registro fitosanitario, en fin, ofrece garantía de inocuidad de materia activa y coformulantes, eficacia, calidad y ausencia de impacto medioambiental negativo. Quizá por eso sólo una de cada 140.000 moléculas pasa al estado de desarrollo y se tarda una media de diez años desde su descubrimiento hasta su puesta a disposición comercial.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publica un listado unificado y completo de las diferentes soluciones, el Registro Oficial de Productos y Material Fitosanitario, que se actualiza semanalmente cada viernes a partir de las 14:00 horas. Este registro es público y se puede acceder en https://servicio.mapa.gob.es/regfiweb#.
Controles
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en el año 2023 se han realizado cerca de 30.000 controles más que en 2022.
Como consecuencia, hay un incremento considerable del número de medidas adoptadas por las autoridades competentes para resolver los incumplimientos detectados y evitar su repetición.
En este sentido, durante el año 2023, se han adoptado 72.471 medidas administrativas y 82 medidas judiciales, incluyendo sanciones.
Una de estas actuaciones de control del pasado reciente culminó con la Operación Fresón desarrollada en varias provincias españolas y que se saldó con la detención de 28 personas.
Por sentencia de fecha 8 de junio de 2021, la Audiencia Provincial de Valencia condenó a 15 de los imputados en dicha causa a penas de prisión, que van desde los 6 meses hasta los 2 años y medio principalmente por delito continuado contra la salud pública, a los que se añaden falsedad en documento mercantil y pertenencia a organización criminal.
Uso responsable
La responsabilidad profesional de los actores en la cadena alimentaria, productores de fruta y hortaliza, comerciantes y distribuidores, debe manifestarse también en el rechazo de fitosanitarios no registrados para no poner en riesgo innecesariamente la salud pública y la economía del sector.
Fuente: Valencia Fruits
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