En las próximas semanas se celebrará la Conferencia Sectorial definitiva, en la que se debatirá el diseño final del Plan Estratégico de la PAC. El detalle de los últimos documentos alarma a Andalucía, anuncia una campaña de movilizaciones.
En un plazo máximo de tres semanas, el Ministerio de Agricultura volverá a sentarse con las comunidades autónomas en el seno de una nueva Conferencia Sectorial, con objeto de debatir el borrador final del Plan Estratégico que determinará la aplicación nacional de la nueva Política Agraria Común (PAC) a partir de 2023.
Un documento cuyas últimas versiones ha vuelto a poner en alerta al campo andaluz, que entra en el tiempo de descuento para intentar dar la vuelta a un Plan Estratégico que, de aprobarse según el último borrador conocido, podría suponer «pérdidas de más de 100 millones de euros anuales durante el periodo 2023-2027 para los agricultores y ganaderos andaluces», critica el secretario general de Asaja Sevilla, Eduardo Martín.
Poco ha durado, por tanto, la relajación y satisfacción mostrada por la Junta de Andalucía, que tras la primera Conferencia Sectorial, celebrada en el mes de julio, presumió de lograr «reconducir el debate nacional» y conseguir buena parte de sus «objetivos prioritarios», como los relativos a las regiones productivas y el mantenimiento de los derechos.
La Consejería de Agricultura señaló entonces estar «razonablemente satisfecha» con el documento base alcanzado en julio, cuando se habló de fijar un número de un máximo de 20 regiones productivas (frente a las 50 actuales), quedando pendiente por definir el capítulo de los ecoesquemas, asunto que ha centrado las reuniones técnicas durante todo el mes de septiembre.
Pero parece que el ministro de Agricultura, Luis Planas, aún guardaba algunos ases en la manga, y si en julio parecía que la PAC se ponía por fin de cara para Andalucía -frente a los primeros borradores del Plan Estratégico, que ofrecían un panorama mucho menos halagüeño aún para la comunidad, cuando se hablaba de fijar cuatro regiones productivas-, nada más lejos de la realidad.
Así, una vez conocido los últimos documentos, el peligro no está tanto en el número de regiones productivas (que sigue establecido en un máximo de 20), sino «en el planteamiento de la distribución comarcal de cada una de esas regiones, así como en los importes medios establecidos para las mismas», denuncia Eduardo Martín.
Por ello, «las organizaciones representativas del sector agrario andaluz en unidad de acción estamos exigiendo cambios sustanciales para conseguir el necesario equilibrio territorial y productivo, minimizando el impacto real y las pérdidas que de estas nuevas regiones se derivarían para miles de agricultores y ganaderos andaluces».
Asaja entiende que el modelo actual, con 50 regiones, es el que reconoce la diversidad productiva andaluza y ha permitido «que dos agricultores con la misma orientación técnica y tierra de similar potencial puedan disponer del mismo apoyo independientemente de la zona de España en que se encuentren», por lo que «no hay necesidad de cambiar este modelo, pues la Comisión Europea no lo exige», insiste el secretario general de la patronal agraria.
Para la nueva PAC se propone un máximo de 20 regiones, que supone «una reducción del 60%», pero aún es más grave que «la distribución comarcal dentro de esas 20 regiones no se está haciendo con los mismos criterios, por lo que hemos pedido al Ministerio cambios sustanciales tanto en zonas de campiña, de pastos, de riego o de cultivos permanentes», explica Martín, ya que de aprobarse tal cual está ahora «mucho dinero puede salir de Andalucía para otras comunidades autónomas, como por ejemplo, Castilla La Mancha».
Asaja denuncia que el Ministerio «no ha atendido» los cambios comarcales que Andalucía ha propuesto para esas 20 regiones en los dos últimos borradores del Plan Estratégico, por lo que «el número de regiones, que a priori podría ser compatible con el modelo andaluz, ya no lo es, por la arbitraria distribución comarcal propuesta», recalca Eduardo Martín.
Ecoesquemas
La propuesta de ecoesquemas recogida en el Plan Estratégico Nacional tampoco gusta al campo andaluz, ya que supone «una clara pérdida de renta para el campo andaluz al desvincular las nuevas prácticas medioambientales de las regiones productivas en las que se van a implantar».
El Ministerio ha definido ocho regiones agroecológicas, y aquí está el principal caballo de batalla para Andalucía. «Si tenemos 20 regiones productivas, habría que definir también 20 regiones agroecológicas para desarrollar los ecoesquemas, porque si no, habrá un impacto económico importante», insiste Eduardo Martín.
Hay que tener en cuenta que de la aplicación de estos ecoesquemas dependerá el 23% de las ayudas directas que llegarán a los agricultores y ganaderos andaluces. Además, la propuesta impide aplicar más de un ecoesquema por explotación, lo que «desincentiva a los agricultores dispuestos a ir más allá en materia de sostenibilidad».
A esto se suma que «sabemos que el importe unitario se va a reducir porque el presupuesto se va a repartir entre más hectáreas que van a venir de superficies sin derecho a pago». Por todo ello, Asaja Sevilla alerta de que «si el departamento de Luis Planas persiste en desvincular ecoesquemas y regiones productivas, la consecuencia inmediata sería la pérdida, sólo por este concepto, de más de 50 millones de euros anuales en Andalucía».
Otro de los puntos preocupantes para el campo andaluz se refiere al agricultor pluriactivo. «Estamos viendo que hay una presión fortísima de las comunidades del centro y norte de España que están intentando que las ayudas de la PAC vayan a lo que ellos llaman agricultor profesional».
La postura que defiende Andalucía es que «en el sector no sobra nadie, siempre y cuando realice una actividad agraria real y efectiva, y ésta sea demostrable». El Plan Estratégico Nacional «no debe introducir criterios que dejen fuera a agricultores y ganaderos pluriactivos, con otras actividades económicas, pero para los que la actividad agraria supone un complemento de renta», apostilla Eduardo Martín. Y es que si finalmente el Ministerio cede a estas pretensiones, «más de 50.000 perceptores podrían quedar fuera del sistema de ayudas si se endurece la propuesta en la línea demandada por algunas comunidades autónomas».
Manifestación en la calle
Por último, el campo andaluz está alerta ante el impacto de las nuevas estrategias medioambientales de la Comisión Europea -«De la granja a la mesa» y «Biodiversidad 2030»-, pues tal y como reconocen los propios informes de la Comisión Europea y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, van a dar lugar a descensos considerables de la producción, al aumento de costes, a la pérdida de competitividad y, en definitiva, al empobrecimiento del sector productivo, según confirma también el reciente informe del Copa-Cogeca (la voz de los agricultores y de las cooperativas agrarias en la UE).
Por todo ello, el sector agrario andaluz exige la oposición frontal del Ministerio de Agricultura a estas iniciativas políticas. Además, inicia una campaña de movilizaciones en defensa «de una PAC justa para los agricultores y ganaderos de Andalucía» y en protesta ante «el incumplimiento de Luis Planas con la realidad y la diversidad productiva del campo andaluz».
En este sentido, Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, en unidad de acción, manifiestan que de no modificarse el Plan Estratégico Nacional, las protestas que arrancan la semana que viene, concretamente el día 14, con una caravana en Sevilla, «no se paralizarán hasta que se atienda y se reconozca el esfuerzo de nuestra región».
Fuente: Sevilla.abc.es
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