Por un lado, en la Comunicación titulada “El futuro de los alimentos y la agricultura”, que como la propia Comisión explica es una documento de orientaciones, se reconoce que la UE es el mayor exportador de productos agroalimentarios del mundo y que una mayor liberalización del comercio y una participación más intensa en las cadenas de valor mundiales permitirán al sector agroalimentario dela UE desarrollar aún más las exportaciones”. Por tanto, propone una orientación pro-activa en favor del comercio mundial agroalimentario.
Pero al mismo tiempo, la Comisión propone una actitud defensiva para determinados sectores en política comercial. Explica que “no puede ignorarse que hay sectores agrícolas específicos que no pueden resistir la plena liberalización del comercio y la libre competencia con importaciones”. Reconoce, además, que el sector agrícola comunitario sufre desventajas como consecuencias de los acuerdos comerciales. En concreto expone que es necesario “explorar modos para abordar los desequilibrios geográficos de las ventajas y las desventajas que afectan al sector agrícola dentro de la UE como consecuencia de los acuerdos comerciales”.
Para FEPEX, combinar ambas tendencias es una ardua tarea debido a la diversidad de sectores e intereses implicados en cualquier negociación comercial. Para el sector hortofrutícola comunitario es decisivo delimitar mercados que realmente presenten oportunidades de exportación y que se trate de acabar, de una forma coordinada por las autoridades comunitarias, con esas restricciones que la Comisión Europea reconoce que existen debido a barreras sanitarias y fitosanitarias injustificadas.
Fuente: FEPEX.
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