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Los tomates con sabor recuperan su espacio en el campo malagueño

En junio y julio, estas variedades de tomates han alcanzado precios cercanos a los dos euros el kilo

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Los tomates bonitos, con un rojo intenso casi artificial, maduros nada más crecer y sin embargo capaces de durar varias semanas sin mostrar un sólo signo exterior de deterioro, de un tamaño milimétricamente idéntico, pero sin apenas sabor, comienzan a hacerse a un lado para dejar paso a otras variedades locales no tan envidiablemente perfectas. Se trata de variedades locales mucho más sabrosas que hace décadas dejaron de ser cultivadas por muchos agricultores para atender las exigencias de un mercado global que exigía productos más resistentes, productivos y duraderos creados por las empresas de semillas. Fueron diseñados para atender la demanda de las empresas de distribución y los largos viajes hasta sus mercados de destino, variedades híbridas mejoradas con genes que, aunque les aportan cualidades de resistencia, dejan en el camino otras tan valoradas por los consumidores como es el sabor. El ejemplo de este regreso a las variedades tradicionales es tomate ‘Huevo de toro’, que desde hace varios años está contando en el Valle del Guadalhorce con la complicidad de cada vez más agricultores.

Las variedades locales de tomates no son tan resistentes ni perfectas ni producen frutos homogéneos ni son tan resistentes como los híbridos. Todo lo contrario, son más sensibles a las plagas y enfermedades, más blandos e incluso más desiguales. Su color no es tan bonito ni uniforme ni son tan duraderos, pero tienen como gran atractivo su sabor, algo por lo que muchos consumidores están dispuestos a pagar más. Durante los meses de junio y julio, variedades de tomates castellanos o ‘catetos’, muchos de ellos producidos en invernadero, han alcanzado en los mercados de la provincia precios que han llegado a rondar los dos euros el kilo.

En un intento de animar a los agricultores de la provincia a recuperar esas variedades tradicionales de tomates, el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) La Mayora, creado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Málaga (UMA) para coordinar y potenciar de manera más eficiente la investigación científica en hortofruticultura intensiva y fruticultura subtropical, lleva desde hace varios años difundiendo las características y cualidades de algunas semillas antiguas, tanto malagueñas como andaluzas, que pueden resultar de interés para los productores.

El proyecto se inició en 2009 a través de un programa de recuperación de variedades locales de tomates financiado por la Diputación que permitió a La Mayora rescatar semillas que llevaban años sin ser cultivadas. Desde entonces, el IHSM no ha dejado de desarrollar acciones para promover su cultivo. La más reciente ha tenido lugar en Madrid hace apenas una semana durante el acto de entrega de reconocimientos anuales que convoca el CSIC, evento donde se han dado incluso a degustar algunas de esas variedades. El pasado año llevó a cabo también degustaciones de algunas de las variedades autóctonas en el Parador Nacional de Nerja.

Entre los impulsores de este proyecto de recuperación se encuentra el científico titular de IHSM La Mayora, Rafael Fernández Muñoz, autor de numerosos estudios sobre mejora de la calidad y seguridad agroalimentaria en tomates y otros frutos.Para este experto, las variedades locales se pueden cultivar tanto en invernaderos como al aire libre, y son muy indicadas para el verano. Fernández reconoce sin embargo que son tomates que no soportan la logística, en cambio son bastante aptos para los mercados de cercanía o proximidad.

Otra ventaja es que tienen cotizaciones mayores para los productores en el campo, frente a las variedades híbridas, y aunque son menos productivas y se ven más afectadas por las plagas, son muy adecuadas para cultivos en ecológico y tienen la gran ventaja de competir en sabor.

Variedades rescatadas este año

Tomate rosa o ‘piel doncella’. Igualeja: Su tamaño es grande. Al igual que el conocido como tomate rosa de Zahara de la Sierra puede alcanzar los 500 gramos. Su forma es irregular. Su carne es compacta y muy bueno para ensaladas y salsas.

Corazón de buey. Jimena de Líbar: Su tamaño es algo más mediano. Puede alcanzar hasta los 400 gramos.Es ligeramente ovalado y presenta forma de corazón, de ahí su nombre. Es de carne compacta, ligeramente ácido, muy bueno para ensaladas y salsas.

Castellano. Ronda: Es un tomate ligeramente achatado. Muy grande. Puede pasar de los 500 gramos. De forma irregular y ligeramente acostillado. Su carne es compacta. Bueno para ensaladas y excepcional para gazpacho y salmorejo.

Tomate rosa o ‘piel de doncella’. Zahara de la Sierra (Cádiz): De tamaño grande. Puede llegar a pesar hasta 500 gramos. Su forma es irregular. Su piel es muy fina, pero su carne es muy compacta. Es un fruto excelente para comer solo con sal y aceite.

Un banco de germoplasma con 1.200 variedades

El IHSM La Mayora cuenta con uno de los bancos de germoplasma de tomate más importantes de Europa. Se trata de una colección de unas 1.200 variedades, algunas antiguas, pero también muchas silvestres y otras mejoradas que han sido recopiladas por todo el mundo. Unas 30 son propias de Málaga. Este banco de semillas se utiliza sobre todo con fines científicos y para la obtención de variedades mejoradas genéticamente. Cada año, con el objetivo de refrescar el banco de semillas, La Mayora suele cultivar distintas variedades.Entre las variedades tradicionales que ha rescatado esta temporada están las conocidas como Corazón de Buey, de Jimena de Libar; el Castellano de Ronda, el tomate rosa o ‘piel de doncella ‘ de Igualeja, el ‘piel de doncella’ de Zahara de la Sierra (Cádiz) y la Marmande de Carzola (Jaén). Hace dos años realizaron ensayos con el Acinipo de Ronda y el Negrito de la Axarquía.

25/07/2016 - Diario Sur

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