Los empresarios almerienses claman a las administraciones que conecten la provincia para que deje de estar "marginada" y pueda crecer económicamente.
Más de 1.244 millones de euros invertidos en el AVE a Galicia en lo que va de legislatura y con la determinación de terminarlo en plazo en 2018; hoy se inauguran dos líneas de metro en Málaga, una infraestructura con un sobrecoste del 50% de lo proyectado inicialmente: 400 millones y ¿Almería qué? Esto es lo que se preguntan los empresarios de la provincia, que ven frenado el desarrollo económico de la misma por la ausencia de infraestructuras, y por lo que, de la mano de la Cámara de Comercio de Almería y Asempal, protagonizaron ayer un acto reivindicativo en el que alzaron la voz bajo el lema 'Mañana puede ser tarde'.
Hasta 1920 Almería disfrutaba de un momento de esplendor gracias a la exportación de uva y a la minería, tras un periodo de decadencia resurgió fuertemente en los 60 con los invernaderos y el aeropuerto de Almería, auge que continuó con la transformación del sector del mármol y la proyección de comunicaciones que más tarde se vieron estancadas. La autovía que conecta con Málaga, la del Almanzora, las variantes de Mojácar y Roquetas y el AVE son algunas de las carencias y, pese a ello, Almería sigue creciendo en exportaciones. Pero el aumento de costes junto a la falta de comunicaciones hacen que las empresas pierdan competitividad, mientras otras provincias despuntan con la llegada de inversiones.
Con datos en la mano, la llegada de la alta velocidad se hace imprescindible. El director gerente de la Cámara de Comercio de Almería, Fernando Ruano, tras mencionar que Almería ha sido una de las grandes víctimas de unas de las peores crisis, dibujó la caída del producto interior bruto (PIB) y el crecimiento de Almería por debajo de la media nacional, mientras la tasa de paro supera el 33%, "un tercio de la fuerza laboral desempleada". Para los empresarios, como expuso Ruano, el argumento es la carencia de infraestructuras, "Almería es una isla". Entre todas las vías de las que carece la provincia destaca la conexión del AVE con Murcia incluida en el Corredor del Mediterráneo. "Las inversiones en infraestructuras por parte de las tres administraciones desde 2009 han ido descendiendo hasta ser casi inexistentes".
La situación actual es que el AVE es una obra paralizada con túneles tapiados. Para esta infraestructura, en el tramo que conectaría Almería con Lorca de 137 kilómetros hay prevista una inversión de 1.902 millones de euros, de los cuales se han ejecutado 611, hay comprometidos 26 y pendientes de licitar 1.265; por su parte, en el tramo Lorca-Murcia de 51 kilómetros con una inversión de 578 millones de euros, se han ejecutado 82, hay comprometidos 5 y 491 pendientes de licitar. En definitiva, el tramo Almería-Murcia de 188 kilómetros con una inversión total de 2.480 millones de euros está al 27,94% ejecutado. "Con una propuesta de diferimiento de la inversión de 1.495 millones de euros, el 60,2% del total, hasta 2018, en un horizonte de menos de seis años la obra no estaría ejecutada", expuso Ruano.
La pasividad del Gobierno central no se entiende en una obra que se amortizaría de manera rápida. Según los datos que manejan los empresarios, el volumen de inversión del AVE de 2.480 millones tendría un impacto sobre la producción de 4.241 millones de euros, "un tercio del PIB de Almería". Además, de acuerdo al informe que describió Ruano, la infraestructura ferroviaria tendría un impacto sobre el empleo en 7.300 puestos de trabajo anuales a los que habría que sumar 2.550 empleos relacionados directamente con la inversión.
La carencia del AVE que conecte la provincia vislumbra un futuro negro para el tejido empresarial ya que se prevé, en los próximos años, un aumento del 12% en los costes de transporte, una disminución del 28% del volumen de comercio y un crecimiento de un 13% del tráfico de mercancías en el sur de la Unión Europea (UE), que se convierte en un riesgo real para Almería si no llegan las obras, puesto que ese crecimiento se perderá hacia otras regiones.
El aumento de exportaciones, el crecimiento de competitividad y rebaja de costes, la creación de nuevos sectores y la captación de inversiones, lo que redunda en la creación de empleo, turismo y servicios, en el desarrollo de zonas logísticas e industrial es lo que, con el AVE, desean los empresarios para "la Almería que queremos".
Antes de la lectura y rúbrica de un manifiesto conjunto en el que se reivindican las infraestructuras que urgen a Almería, tomaron la palabra el presidente de la Cámara de Comercio de Almería, Diego Martínez Cano, y el presidente de Asempal, José Cano. "No podemos ni queremos ser meros espectadores de una situación como la que cada día padecemos todos los almerienses, de las promesas que se quedan en papel mojado, el mismo papel de los presupuestos de las administraciones que todo lo aguanta, ese al que se le caen las cifras conforme transcurren los meses", dijo el máximo representante de la institución cameral en la provincia.
De acuerdo a las palabras de Martínez Cano, los empresarios alzaron ayer la voz contra una situación que "nos aboca a irremediablemente a perder el ritmo, el compás de la senda de crecimiento y contra la falta de acción". Según él, todos los almerienses quieren una "Almería moderna, competitiva, una Almería, de verdad, del siglo XXI". El retraso de la provincia en materia de infraestructura, lo ejemplificó el presidente de la Cámara con el trazado ferroviario, que en más de cien años sólo se ha logrado acortar en 20 minutos el tiempo de viaje a Madrid: de siete y veinte horas a "sólo" siete. "Dice el refrán que las comparaciones son odiosas. Pero también son tan dolorosas como elocuentes", dice Martínez Cano al observar las inversiones en Galicia u otras zonas del mapa español, "y nuestro AVE en vía muerte. Sus túneles tapiados son nuestras expectativas cortadas de raíz".
El presidente de la Cámara apela a la conciencia de todos lo que en Madrid, Sevilla o Almería, tienen la obligación de gobernar, "de gobernar para todos, pero para Almería también". Los empresarios hacen una demanda de justicia, "con una tierra históricamente marginada, y queremos que cada vez sea menos resignada". Esta reivindicación es un punto y seguido, "nos ponemos en marcha, no para debilitar a quienes nos gobiernan sino para forzar y reforzar la influencia de quienes aquí nos representan, allí".
Por su parte, el presidente de Asempal, José Cano, tras dejar claro que el de ayer no era un acto contra nadie, sino a favor de Almería y que la reunión no era para lamentarse, sino para hacer una llamada de esperanza en el futuro, sentenció: "Los gobiernos están jugando con fuego en Almería. Están moviendo los rescoldos de un agravio histórico que se perpetúa: la falta de infraestructuras". Tal y como decía Cano, los almerienses han derrochado mucha paciencia, durante mucho tiempo, y "es hora de sacudirse la resignación".
Como detalla el presidente de la patronal, todos los gobiernos, de todos los signos, han incumplido sus compromisos con las grandes infraestructuras de Almería: la Autovía del Mediterráneo, el ++AVE-Corredor Mediterráneo; la autovía del Almanzora, la variante de Roquetas, de Mojácar, el desdoblamiento de Vera-Garrucha, el soterramiento, la conexión del ferrocarril al puerto… Para Cano, han sido decisiones políticas, nunca de eficiencia económica, las que han arrebatado las comunicaciones con Almería. "Mientras yo sea presidente, no cuenten con Asempal para sus guerrillas políticas", apuntaba refiriéndose al cruce de acusaciones entre PP y PSOE mientras las obras siguen sin ejecutarse.
Cano reprocha al Gobierno central que no dé la cara, "si hay algo que me enfada es la milonga de lo que yo llamo la increíble teoría de la línea continua geográfica. Es obvio que para que el AVE de Almería conecte con el Mediterráneo, la alta velocidad tiene que llegar a Murcia y a Lorca, pero también es muy cierto que la distancia entre dos puntos se puede recorrer, también, si desde ambos extremos se ponen las traviesas. Tiene guasa que esa excusa nos la vendan en Almería y, sin embargo, no la apliquen al AVE de Galicia, País Vasco o Extremadura. Que nadie se engañe, el problema no es falta de dinero. El problema es falta de voluntad política".
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