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Expertos analizan las oportunidades para el desarrollo empresarial a través de la bioeconomía en el PITA

Responsables de empresas, centros de investigación públicos y privados e investigadores se dieron ayer cita en el edificio Pitágoras, sede del Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA).

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Allí, re reunieron para debatir sobre las nuevas oportunidades y retos que plantea la bioeconomía en el futuro del modelo agrícola de la provincia. El PITA organizó una jornada que surge del grupo operativo HORT-OBSER-TIC, donde participan Ecovalia, Caparrós Nature y el Centro Tecnológico Tecnova, pero que además cuenta con la colaboración de Cajamar y la Universidad de Almería (UAL).

La directora general del PITA, Trinidad Cabeo y el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García, fueron los encargados de dar la bienvenida a los profesionales que ayer se dieron cita en la sede de la tecnópolis almeriense. “Los parques científicos y tecnológicos somos motores de las tecnologías de futuro y propulsores de sectores emergentes como la bioeconomía, que ayudan al desarrollo económico y social en nuestro país. Desde el PITA, trabajamos en esta línea cada año a través de diferentes iniciativas y acciones que fomentan la transferencia de conocimiento a las empresas, conectando el mundo de la investigación con el sector agrícola”, indicó Cabeo.

Por su parte, Roberto García destacó que “desde Cajamar ya han organizado tres jornadas de ámbito nacional en las que han presentado diferentes iniciativas”, recordando que el primero de estos eventos tuvo lugar en el PITA hace dos años. “Nuestro interés en la bioeconomía se basa en una cuestión de compromiso, porque el ritmo de crecimiento poblacional y el modelo de consumo que tenemos no podrá sostenerse de forma indefinida. Tenemos que buscar una vía alternativa para poder dar respuesta a las necesidades de la humanidad, pero también creemos que es una cuestión de oportunidad para crear nuevas actividades económicas, nuevos empleos y nosotros estamos convencidos de que en un gran reto como puede ser la despoblación, la bioeconomía puede ser una alternativa”, indicó Roberto García.

El profesor de Química Analítica de la UAL, Francisco Egea fue el encargado de mostrar la evolución de la horticultura almeriense hacia una bioeconomía circular. “No solo se trata de ir añadiendo actividades y empresas, sino también de organizarse y coordinar. Debemos pensar cómo aprovechar nuestra biomasa e incorporarnos a consorcios internacionales que nos de prestigio e imagen, además de facilitarnos el acceso a la innovación y nuevas tecnologías que se están generando a nivel mundial”, expuso.

La provincia tiene las condiciones óptimas para implementar la economía circular, con una producción de biomasa muy alta en un área muy reducida. “Los agricultores almerienses son emprendedores, siempre han tenido voluntad de incorporar tecnología. Contamos con una base sólida de conocimiento y tenemos grandes fortalezas para poder comenzar a implantar este tipo de estrategias”, explicó Egea.

La jornada contó con un caso de éxito en bioeconomía con más de 25 años de experiencia. El gerente de Oro del Desierto, Rafael Alonso detalló cómo “en una zona hostil para la producción como el Desierto de Tabernas, donde hay escasos recursos hídricos, están desarrollando sus producciones con una óptima gestión del agua sin sobreexplotar el acuífero”. La empresa ha desarrollado un ciclo integral donde toda la energía que se consume “es limpia”, con una reutilización total y con una generación de residuo cero.

La asesora de Planificación y Programas de la Secretaria General de Agricultura de la Junta de Andalucía, Pilar Garrido fue la encargada de presentar la nueva estrategia andaluza de bioeconomía que pretende contribuir al crecimiento y desarrollo sostenible a través de una producción con recursos biomásicos renovables. “Pretendemos aumentar el volumen de bioindustria, además de impulsar al mercado. Las líneas se han marcado a través de un proceso participativo donde han trabajo grupos de recursos, logística, transformación y mercados”, puntualizó. Para ello, la Junta de Andalucía contará con una serie de programas instrumentales y un presupuesto superior a los 1.400 millones de euros para su desarrollo hasta 2030.

La jornada finalizó con una mesa redonda, moderada por el director de CIAIMBITAL de la UAL, Diego L. Valera, con las intervenciones del director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García y el presidente de Ecovalia, Álvaro Barrera. Cada uno de ellos realizó una intervención mostrando su punto de vista sobre el nuevo paradigma de la bioeconomía y abordaron los retos, prioridades y deficiencias, así como las áreas donde hay un posicionamiento óptimo.

La bioeconomía es el conjunto de actividades económicas que aprovechan los recursos de origen biológico para obtener de manera eficiente y sostenible, productos, procesos y servicios de valor añadido, respetuosos con el medio ambiente. Es la base de la economía circular, en la que se minimizan los residuos de todos los procesos productivos, convirtiéndolos en subproductos con valor añadido. “En este contexto, la agricultura intensiva de Almería parte de una posición competitiva privilegiada, ya que contamos con todos los recursos endógenos necesarios para el desarrollo de un modelo basado en la economía circular”, resaltó Valera.

El presidente de Ecovalia, Álvaro Barrera centro su exposición en la agricultura ecológica como protagonista de la bioeconomía, ejemplo de la producción sostenible reglada. “La producción ecológica es transversal a la sociedad, salud, empleo, economía, valor añadido y medio ambiente. Nos hemos marcado como objetivos seguir incentivando el consumo ecológico y que alrededor del 30% de la superficie agraria útil se realice bajo este método”, anunció.

Roberto García detalló cómo la bioeconomía es una de las líneas fundamentales de Cajamar llevando a cabo diferentes iniciativas. “La eficiencia es un concepto básico, somos eficientes en algunos aspectos, pero en otros tenemos recorrido de mejora. Quizás dónde más queda por hacer es en la valoración de residuos”, indicó.

“Tenemos una superficie muy pequeña con 30.000 hectáreas de invernaderos que solo representan el 0,2% de las tierras cultivadas en toda España, sin embargo, aquí se registra una cuarta parte de toda la producción hortofrutícola nacional y se genera el 7% del valor de la producción agraria española, esto es una señal de la eficiencia en el uso de suelo. Otro indicador positivo es el manejo del uso del agua, ya que en una hectárea de invernadero se consume entre 5.000 y 6.000 metros cúbicos, y se puede conseguir en torno a 150.000 kilos de tomate que generan directamente dos empleos, más los indirectos, con unos ingresos que pueden estar en torno a los 75.000 euros. Hay pocas agriculturas tan eficientes medioambientalmente, social y económicamente”, reveló García.

Sobre los Grupos Operativos
Los Grupos Operativos constituyen un elemento clave para que la investigación se transfiera al sector productor. La cuantía de las subvenciones alcanza un máximo de 5.000 euros por solicitud para los casos de creación de grupos Operativos de la Asociación Europea de Innovación. Se trata de una inversión subvencionada por los fondos Feader (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) por la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, así como cofinanciada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

 

fuente: Teleprensa.

21/06/2018 -

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